La obra de Maurice Blanchot, una de las más decisivas del pensamiento literario contemporáneo, es una respuesta plural a la exigencia de la escritura, cuya evolución puede entenderse como el resultado del conflicto entre dos fuerzas: una que pugna por cumplir las leyes de la tradición textual y otra que tiende a la dispersión. Así pues, si bien los escritos de Blanchot revelan una permanencia de la tradición, también los recorre constantemente la pasión del errar, el afán de apartarse de toda consigna que autorice un sistema, una certeza. En este contexto, la ambigüedad, la discontinuidad, el fragmentarismo, el centro sin centro, la litererrancia o la ateoría son conceptos que dibujan los difusos y fascinantes contornos del universo blanchotiano. Este libro propone una nueva lectura del conjunto de la obra de Blanchot, tanto la teórico-crítica como la narrativa —con atención especial a su novela L’arrêt de mort—, pues parte de la materialidad de la escritura misma con estrategias del anagramatismo, descubriendo bajo algunas de sus palabras clave otras palabras, otras ideas que la escritura enmascaraba, como si estuvieran respondiendo a la pasión de la errancia tan característica del espacio literario que recorrió el autor.