La Guerra Civil española supuso la consagración de la figura del corresponsal de guerra. Durante casi tres años los ojos del mundo se fijaron en España, y lo más granado de la prensa internacional acudió a dar fe de lo que ocurría y a redactar lo que en muchas ocasiones sería el primer borrador de la historia. Ernest Hemingway, Martha Gellhorn, John Dos Passos, Mijaíl Koltsov, W.H. Auden, Arthur Koestler, Cyril Connolly, George Orwell, Kim Philby y muchos otros pasaron por España y escribieron lo que vieron, o al menos lo que pudieron. En condiciones precarias, afrontando graves riesgos e inmersos en el frenesí del combate, a todos ellos les transformó la guerra. Paul Preston presenta en Idealistas bajo las balas el retrato de un colectivo legendario, formado por algunos de los personajes más atractivos de la época y decisivo a la hora de fijar la imagen de la Guerra Civil en el imaginario colectivo. Así, repasamos las condiciones de trabajo en la zona republicana, Madrid, Valencia y Barcelona, con sus intrigas políticas y amorosas; el ambiente en la zona nacional, donde la censura era mucho más estricta; las biografías de algunos de los corresponsales más destacados, Louis Fischer, Mijaíl Koltsov, George Steer, Jay Allen, y de aquellos que mantuvieron encendida la llama de la República, Herbert Southworth y Henry Buckley. El resultado es un homenaje a todos los que acudieron a observar los acontecimientos y pronto se vieron indefectiblemente atrapados por la fascinación de uno de los conflictos decisivos del siglo XX.