«Porque el autor es chileno y hace a Parra personaje de un poema, parece inevitable hablar de ?antipoemas?; porque es muy conocido como narrador, resulta lógico referirse a sus poemas narrativos. Ambas cosas responden a la realidad; no sería menos exacto decir que, en Bolaño, la narrativa en prosa es una forma, apenas enmascarada, de poema e incluso de antipoema. Sus ficciones, en modo alguno realistas salvo como metáfora y parodia, no ya de la realidad, sino de sí mismas, en la fecunda frontera ambigua en que colindan el pastiche y el homenaje, son tan poéticas co mo narrativos son sus poemas/antipoemas. Y, en cuanto poeta en verso, acaso sea, efectivamente, su aportación y su mérito mayor el hecho de reconquistar un territorio?el poema narrativo de apariencia coloquial?que parecía usufructuado o usurpado definitivamente por los epígonos del realismo de bolsillo, para los dominios de la aventura y de la imaginación a la vez cotidiana y visionaria.»