La escritora Shirley Jackson (1916-1965) publicó su primera novela The Road Through the Wall en 1948, a la que siguieron
Hangsaman (1951), The Bird’s Nest (1954),
The Sundial (1958) y We Have Always Lived in the Castle ,
en 1962, que obtuvo una valiosa publicidad extraliteraria cuando
al marido de Shirley Jackson se le ocurrió hacer público,
en las páginas de un conocido rotativo, que su autora
había practicado la brujería, cosa que ésta negó rápidamente.
No obstante, después de su muerte se supo que semejante
desmentido sólo trataba de evitar el rechazo
de la opinión pública hacia su persona. Según explicó su hijo,
Laurence Hyman, su madre poseía un tablero Ouija
y cartas del Tarot y sabía perfectamente cómo utilizarlos,
además de unos quinientos libros sobre ocultismo.
La maldición de Hill House (The Haunting of Hill House, 1959), considerada una de las principales novelas de horror del siglo XX, narra el inquietante experimento de John Montague, doctor en Filosofía y antropólogo, que lleva años entregado al estudio
de «las perturbaciones psíquicas» que suelen manifestarse
en las «casas encantadas». Infructuosamente ha buscado una casa
idónea, cuando un día oye hablar de Hill House, una mansión
solitaria y de siniestra reputación. Montague decide alquilarla
y busca ayudantes dispuestos a pasar una temporada en ella:
Eleanor, una mujer desdichada que, tras once años cuidando
a su arisca madre inválida, se ha vuelto una persona solitaria;
Theodora, joven alegre y curiosa, seleccionada por su increíble
capacidad telepática; y Luke, vividor y mentiroso, incluido
en el grupo por exigencia de la propietaria, su tía. El objetivo:
tomar notas de cualquier fenómeno paranormal que se presente
para documentar el libro sobre casas encantadas que prepara
el doctor. Las alucinantes experiencias que vivirán en la casa
será mejor que el lector las descubra por sí mismo.