En un mundo muy parecido al nuestro, la humanidad creó seres de fantasía para amarlos y divertirse con ellos. Esta historia comienza cuando se les concede la libertad.
Prima, una extravagante mascota que vivía confortablemente en Wonderland, el paraíso privado de una megaestrella del pop, se ve empujada a abandonar su hogar tras la repentina muerte de su mentor. Será enviada a Pekín, lejos de los familiares que pelean por su herencia.
Allí conoce a Pailulu (una excéntrica clon manga), Celsius Warrior (un castor Disney con ínfulas de mesías) y Pac-0 (un humano obsesionado con ser padre), con quienes forma una histriónica banda de música electrónica. Juntos se enfrentarán a la crisis derivada de la colisión del mundo humano con el clon.
El desconcierto ante su recién hallada libertad, sumado a una situación política cada vez más desfavorable, ofrece a los clones pocas perspectivas de futuro: servir como atracción turística, vivir de la mendicidad o emigrar a Burmodia, un estado fallido del sudeste asiático donde las mascotas mágicas encuentran su paraíso o su infierno. En ese contexto nace El Rapsoda Ciego, una oscura empresa de manufacturas bajo la que se esconde el verdadero signo de una inminente revolución clon.
La vida de los clones parte de una única premisa fantástica que afecta a una realidad, por lo demás, idéntica al mundo de finales del siglo xx, y la usa como técnica de extrañamiento para llamar la atención sobre aspectos de nuestro presente que hemos asimilado irreflexivamente. Así, las mascotas se convierten en un personaje múltiple que aglutina la experiencia excluyente que soportan las minorías culturales. Y todo para seguir ahondando en el gran tema de la mejor ciencia ficción: la relación entre lo natural y lo artificial.