Lord Byron, Percy Shelley y John Keats forman una trinidad inseparable en la literatura inglesa de principios del siglo XIX: son los principales exponentes de la segunda generación de poetas románticos, tuvieron una vida corta, aventurera e intensa, y su obra ha trascendido el paso del tiempo, unida y dirigida por el hilo invisible del amor. Un amor, por supuesto, romántico -esto es, apasionado, visceral, idealizador-, que no solo emana de su producción poética, sino que también se vislumbra en su correspondencia, lo que confirma hasta qué punto el amor no era para ellos una simple fantasía afectiva o un ejercicio intelectual, sino el motor de la vida. De los tres, es Lord Byron quien tuvo una producción epistolar más caudalosa: sus cartas se reparten entre un gran número de amigas, amantes y conquistas frustradas, y siempre están inflamadas por la pasión. Las cartas de amor de Keats se repliegan hacia una sola protagonista constante, su vecina Fanny Browne, a la que progresivamente dirige más celos y exigencias; por su parte, la correspondencia entre los Shelley (más extensa la de Mary que la de Percy), se desarrolla en el tono propio del amor consumado y duradero, aunque no por ello rezuman menos intensidad y dolor.
Esta es una antología pionera, pues nunca antes se había recogido la correspondencia de las figuras principales de esta generación en un solo volumen; una muestra precisa -seleccionada y traducida por Gonzalo Torné- que nos ayuda a comprender qué era el amor para ellos: de qué formas lo expresaban, qué espacio tenía en su vida y cómo, a pesar de fallecer los tres demasiado jóvenes, ha sido el amor lo que les ha abierto las puertas a la inmortalidad.