Irlanda siempre ha sido mujer, útero, cueva, vaca, Rosaleen, marrana, novia, ramera...
La multipremiada autora de Las chicas de campo entreteje su autobiografía y su infancia en el condado de Clare, los días en la escuela de monjas, su primer beso o su huida a Inglaterra, con la esencia de Irlanda, una tierra de mitos, poesía, supersticiones, costumbres ancestrales, sabiduría popular y extrema belleza. Madre Irlanda es, según The Guardian, «Edna O'Brien en su máximo esplendor. Un relato evocador y elegante de un entorno natural y de quienes lo habitan, lleno de audacia e ingenio».