Elena Poniatowska se dedicó a oír las múltiples
voces de los protagonistas de la matanza de Tlatelolco,
acontecida en Ciudad de México en 1968, en
la que numerosos estudiantes fueron vilmente asesinados,
y muchos otros detenidos y torturados. A
partir de estas voces Poniatowska compone un testimonio
colectivo que, en forma de coro plural, da
la relación de aquellos trágicos hechos.
Estudiantes, obreros, padres y madres de familia,
profesores, soldados, hombres de Estado…,
diversos componentes de la sociedad mexicana,
cada cual con su particular sensibilidad, aportan
su modo de ver, sentir y considerar los acontecimientos.
Se recoge así la experiencia misma de los
hechos y su reflejo en la memoria de muchos de
sus protagonistas.
Poniatowska construye con estos materiales un
relato fidedigno en el que la clave periodística se
conjuga, en perfecta simbiosis, con un modo de
hacer literatura que no deja indiferente y perdura
allende las generaciones.
Elena Poniatowska, Premio Cervantes de las
letras en lengua castellana, se ha significado
siempre por rebelarse contra la tiranía de los
poderes financieros, tan dominantes en 1968
como en nuestra más cercana actualidad.