Entre 1960 y 1987, y a la par que se consolida como un poeta central en la escena norteamericana de la segunda mitad del siglo XX, John Ashbery ejerce la crítica de arte en diversos medios de la época, primero desde París y, más tarde, de regreso en Nueva York. Del surrealismo, el dadaísmo y la colonia de expatriados americanos en Europa hasta el expresionismo abstracto, pasando por artistas por los que siente franca admiración, como Odilon Redon, Maurice Denis, Pierre Bonnard y Giorgio De Chirico, entre otros, Ashbery asiste a exhibiciones y revisa el trabajo de clásicos y contemporáneos, capturando ese momento singular en que los ojos del espectador se posan en la obra de arte. Dueño de una mirada ingeniosa, entusiasta y de penetrante lucidez, entiende la crítica como un ejercicio exigente y, a la vez, divertido, donde se delinean juicios pero jamás se deben forzar interpretaciones que sofoquen a la obra. Los ensayos y crónicas reunidos en el presente volumen nos muestran a un Ashbery que abraza lo nuevo y teje lazos con la tradición, que celebra la innovación y ese delicado equilibrio entre libertad, transgresión y rigor creativos; y en esta extensa labor crítica también podemos leer entre líneas la iluminadora ars poetica sobre la que se asienta su propia poesía.