En la calle Berlín, en pleno Eixample barcelonés, hay un edificio corriente. Allí viven un colombiano, una prostituta de lujo, un matrimonio de ancianos, una madre separada con dos hijos y un oficinista soltero. ¡Ah!, y un fantasma: la anciana malhumorada del último piso que murió hace meses, aunque nadie se ha dado cuenta, y se dedica a vagar de un piso a otro cotilleando las vidas de sus vecinos.
Nada hubiera llamado la atención, si Gerard, un policía de baja indefinida, no hubiera recibido la llamada de Pep, su antiguo compañero, dos días antes de ser asesinado. En su buzón de voz quedaron grabadas estas palabras: «Quiero hablarte de algo que he descubierto en la calle Berlín, en el 109». Atraído por el deseo de vengar a su amigo y, por qué no decirlo, sin nada mejor que hacer, Gerard decide pasarse por allí.
Pero nunca hubiera imaginado que la búsqueda del asesino de Pep pudiera estar rodeada de tantos misterios; tantos como vecinos hay en el edificio, pues cada uno oculta un secreto que cambiará la vida de los demás para siempre.