Con el paso del tiempo, John Waters se ha convertido en una de las figuras de referencia no solo del cine underground estadounidense, sino de la cultura pop en general. En su larga trayectoria, que arranca en la década de los setenta con filmes como Multiple Maniacs (1970), Pink Flamingos (1972) y Cosa de hembras (1974), abarca los ochenta y noventa con títulos de culto como Hairspray (1988) o Los asesinatos de mamá (1994) y llega hasta los dos mil con Cecil B. Demented (2000) o Los sexoadictos (2004), el cineasta de Baltimore ha ido repitiendo una serie de obsesiones temáticas y formales que, hasta ahora, no habían sido sistematizadas y analizadas en un solo libro escrito en castellano.
El cine de John Waters de la A a la Z (y de la Z a la A) es un homenaje a un director que, acompañado por una troupe de actrices y actores incondicionales como Mink Stole, Patricia Hearst, Susan Lowe y, sobre todo, la mítica Divine, forzó los límites de lo que estaba permitido ver en la gran pantalla con grandes dosis de humor, irreverencia y transgresión. Entre los que han querido sumarse a este tributo al responsable de